jueves, 22 de abril de 2010

Poema


Ubatuba





No son embarcaciones
sino pequeños buques como impactos
de color en el agua. Algunos
tienen nombre: Pie desnudo, La reina
de la playa, Tus ojos, El pescado.
Apenas balancea sus viejas estructuras
un oleaje calmo que se agita
en la orilla de la isla Providencia.
Tratamos de seguir el movimiento
ir más allá
de la quietud del mar.
Bajo un cielo cargado
entramos con el kayac y se aleja
el dibujo perfecto de la costa.
Son las seis de la tarde, pero el sol
amenaza perderse
entregarse a la noche que adelantan
las nubes tormentosas.
Es la última tarde en la Praia Do Lázaro
¿quién pudiera medir lo transcurrido
desde el primer crepúsculo
que vimos
cerca de aquí, en la costa de Sununga?
No parecían reales esas olas inmensas
disueltas en vapores plateados
que lustraban las rocas y rugían
furiosas y cansadas
de su constante avanzar y retraerse.
Cada vez esa furia aplacaba la nuestra
golpeaba nuestra ira cotidiana
esas olas entraban en tu cuerpo y el mío
y nos hacían silentes y sumisas.
Como si fuera hoy quema la arena
que esa tarde pisamos. Y yo te veo a vos
mirando el panorama de aquel cielo
diluido en el agua.
Ahora las dos remamos mar adentro
voy adelante y no puedo girar
para espiar tus ojos
el movimiento equidistante de tus brazos.
Ya se terminan
los días en la costa que se parece más al paraíso
de todas las que vi, porque supongo que el paraíso es
ese lugar donde el instante cobra
un valor igual al tiempo entero.
Ya se termina
es lo que dicen todos cuando vuelven al yugo indeseado
y sienten que los días van muy rápido y que no elijen
la vida ni el infierno.

3 comentarios:

Clara dijo...

Bello,emociona,las imagenes son directas y las palabras....El valor del instante,lo más parecido al Paraiso...lo siento en el mar,cuando voy en barco.


Besos

paula jimenez dijo...

gracias clara!

Arha dijo...

este día es el día de encontrarte en tu palabra
lo celebro

y vuelvo pronto por más