domingo, 23 de septiembre de 2007

Lectura en la embajada de México

Embajada de México
Tiene el agrado de invitar a usted al evento literario
“México y la poesía”
como parte del ciclo de tertulias organizado por esta Embajada
Martes 25 de septiembre, 19 hrs.
En el Espacio Cultural, Arcos 1650, Buenos Aires.
Entrada Libre y Gratuita

Con las poetisas argentinas Florencia Walfisch (Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2004) y Cecilia Romana (Premio de Poesía Iberoamericana Sor Juana Inés de la Cruz 2006 y Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2006).
Participarán, también, Mercedes Araujo y Paula Jiménez (quienes representarán a la Argentina en las próximas ediciones del Festival de Poetas del Mundo Latino y en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, respectivamente),).
Se ofrecerá un vino de honor

Informes: culturales@embamex.int.ar, Tels. 4118-8820/21

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FLORENCIA WALFISCH
(Buenos Aires, 1970). Artista plástica y poeta. Su formación incluye diferentes disciplinas visuales y expresivas, centrándose en el dibujo y la poesía. Ha realizado muestras individuales y participado en exposiciones colectivas, salones y trabajos interdisciplinarios. Su libro Sopa de Ajo y Mezcal recibió el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2004, otorgado por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas.

CECILIA ROMANA
(Buenos Aires, 1975) es licenciada en Artes y Ciencias del Teatro. Libros: Flota, hangares y otros trabajos mecánicos, Ediciones del Copista, Córdoba, 2004; Duelo, junto a Mercedes Araujo y Carolina Esses, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2005 y como curadora, Hotel Quequén, poesía, Buenos Aires, 2006. Su libro Aviso de obra (2006), mereció el VIII Premio de Poesía Iberoamericana Sor Juana Inés de la Cruz. En tanto que su obra “No lo conozcas” recibió el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2006. Asimismo, es editora del sello “Sigamos enamoradas”.

MERCEDES ARAUJO
(Mendoza, 1972). Es Escritora y Abogada. Sus textos forman parte de las antologías: Poesía de la Feria, Catálogos, selección de diez poetas jóvenes Fundación El Libro, (2000); y Hotel Quequén Poesía (Sigamos Enamoradas, 2006). Su novela Tiempo Salvaje, fue distinguida con una mención del Fondo Nacional de la Artes, 2005. Forma parte del proyecto artístico y editorial “Sigamos Enamoradas”.
PAULA JIMÉNEZ
(Buenos Aires, 1969) Es psicóloga y escritora de poesía, narrativa y teatro. En poesía publicó Ser feliz en Baltimore (Bs. As., Nusud, 2001); Formas, libro y cd, junto a la cantante Valeria Cini (Bs. As., Terraza, 2002); La casa en la avenida (Bs. As., Terraza, 2004), con el que obtuvo en 2003 una mención del Fondo Nacional de las Artes; y La mala vida (Bs. As., Bajo la luna, 2007). En 2006 recibió el Primer Premio Nacional de Literatura Tres de Febrero y el Hernández de Plata en categoría Poesía. Textos suyos integran diversas antologías argentinas e hispanoamericanas. Durante los últimos años ha colaborado con medios especializados. Coordina talleres de escrituras desde 2001.

Consulte nuestra página web: www.embamex.int.ar

Presentación de libros publicados en 2007



Lectura del jueves 20 de septiembre en la SEA: Nurit, Leonor, quien les habla, Gabriela y Ana

martes, 18 de septiembre de 2007

lunes, 17 de septiembre de 2007

Gorriarena


Como gotitas los ojos de este gato sin guita, me preguntan ¿Qué gusto de agotarte por Gautama? O exclama como un ama mejor dicho, el gato con su vena me oxigena. Ya le puse su henna al gato Gorriarena. Pirata del asfalto: alto, o cana de veredda: Edda. Qué gato este mi gato, me trae gastos y ese gesto de quena, gujeritos que sopla con arena, aroma a harina, arándano, alameda, mi gato Gorriarena.

Espacios naturales

Espacios naturales

“Para olvidarme de ti
voy a cultivar la tierra”
Violeta Parra

I

Los ojos
nos guardan dentro suyo
y así nace el recuerdo.
Quizás sea la causa de la imagen
que un ojo sepa, conozca su vacío.
Nunca sabemos
qué nos fuerza a mirar,
también la flor se abre para nada
para que vuelva la lluvia
y la marchite.
Todas las cosas caen
o pierden su vigor,
su perfección.
Con la tormenta
son dóciles los árboles,
se agitan temblorosos y los pájaros
regresan a sus nidos.
Después, al escampar
planean sobre el rumbo de la brisa
que dejó el aguacero.
No saben dónde van o tal vez sepan,
miran el cielo limpio y alzan vuelo
olvidados de haber visto el chaparrón,
las hojas arrastradas, los sapitos
saltando entre los charcos.
Lejos, alegremente
se encaminan hacia el arco de colores
al que no llegan nunca.


II

Su propio recipiente,
agua cayendo sobre agua
no pide más.
Sé que debo aprenderlo,
un comportamiento natural
crece y decrece, acepta
depender.
Todo declina
después del vértigo
radiante en primavera, el animal prepara
la cueva de su invierno,
la planta bebe el sol y lo almacena.
Dice, los grandes sufrimientos
se producen
por ignorar la decadencia.
Abro esta ventana y veo
el día más largo de la historia,
el sol en su aparente inmovilidad,
los jóvenes, los viejos.
Nada puede
imaginarse en otro estado.
Sé que debo aprender
del agua que se presta,
no sabe, no hay sentido en resistirse.


III

El fuego enlaza la ramita y desenlaza
el halo que se va, su cola tornasol al disiparse
o baja y prende en lo cercano.
Todo sigue su ritmo natural,
enlace y desenlace llegan juntos,
se van al mismo tiempo.
El fuego como el ojo
del huracán, observo,
es un centro que repta, se desplaza
y en su camino alumbra
lo que quema.
Crepita la madera murmurando
su queja y no obstante
acepta este momento, se despide.
Me dijo volveré, seré cenizas.
Vuela, se mete en la nariz
de mi gato que estornuda,
él sacude su trompa y en las ramas
los pájaros escuchan la advertencia,
revoloteo de plumas en huida
o escondite en el barro
de sus nidos.
Todo sigue su ritmo natural
la mezcla del azar, la biología
y una pequeña parte de intención
que no sirvió de nada.
El polvo dice es tan fácil caer.
Y todas las partículas son una
hablan al mismo tiempo
como un coro de grillos
que en la noche imitan el silencio.
No tengas miedo, dice, no hay temor
alguno en el amor por eso el fuego
bendice lo que quema, la lluvia lo que inunda.
Y todo sigue su ritmo natural.
No hay historia ni hay hechos,
oxígeno convertido en fuego
materia en aire puro
permanente desenlace y salvo
los sauces inclinados sobre el río,
nada llora.