domingo, 18 de marzo de 2007

Germinación







Entre el vaso y el secante una raíz tan débil como un hilo
asciende en la humedad, mira el día oscuro del aula, la tarde
opaca del invierno crudo que trajo nieve esta vez. Pero el misterio
sube incesante, se eleva hacia el borde del vaso cada día
igual que en primavera. Después, por mucho tiempo,
me olvido de las plantas
y si ocasionalmente mi hermana o un amigo
me regalan una, la pongo en el balcón.
No la riego, percibo su dolor al marchitarse y no puedo
salvar hojas ni flores; se dobla el tallo erguido,
la mínima atención alcanza para oír sus lamentos.
La dejo morir durante años por no verla morir.

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