miércoles, 7 de enero de 2009

Parole, parole


¿Importan las palabras?
Creía en ellas, en su intento
de fijar algo existente
o de nombrar
para hacer existir. Pero ya no.
Fue mejor liberar
el peso de la fe que las ataba
a cierta trascendencia. Ahora, subsumidas
al vuelo de un gorrión o a la cresta
disuelta de una ola, se diluyen también,
a lo sumo señalan
un peligro remoto
o inminente
que ni siquiera me obligo a respetar. Señalan sí,
diez dedos o carteles que aluden a las cosas
que no son, a las que fueron,
son copias del objeto del cual nacen
como brazos del aire.
Su función en mi vida
fue establecer las diferencias
ajar, con filo preciosista,
mi silencio infantil
(aunque sin éxito).
Por eso las palabras para mí
no pesan más,
a veces, que un rumor. Cuando una cae,
madura, inevitable, la levanto y busco
el modo de sentirla mía,
esa palabra y yo
nacimos de lo mismo, y vamos
a la mutua apatía que nos desligará
tarde o temprano, como una gata
olvida a los tres meses
a sus críos, y lo hace para siempre.
La razón de un vocablo se conserva
como la de un cuerpo muerto,
sin embargo, ese brillo
se extingue a cada instante y se sucede
en otra dimensión,
como un eco sin forma, o un acto de teatro
sin intérpretes. Es esa opacidad,
esa sombra que crece, su trastienda
o punto de llegada
como quien pone en su oído un caracol
y las escucha
fundidas, todas juntas, con el viento.

1 comentario:

sergio dijo...

Por esas razones de la literatura este poema me hizo recordad otro poema. Uno de Peri Rossi. Confieso que el tuyo (y no es porque este sea tu blo) me parece más interesante. Peri ha escrito cosas mucho más interesantes. Igual el poema está bien.

DICCIONARIO

Leyendo el diccionario
he encontrado una palabra nueva:
con gusto, con sarcasmo la pronuncio;
la palpo, la apalabro, la manto, la calco, la pulso,
la digo, la encierro, la lamo, la toco con la yema de los
dedos,
le tomo el peso, la mojo, la entibio entre las manos,
la acaricio, le cuento cosas, la cerco, la acorralo,
le clavo un alfiler, la lleno de espuma,

después, como a una puta,
la echo de casa.